Presentación

Figura mundial de primer orden en el campo esoterico, corrientes chamanicas afro-indo-americanas y simbologia magica.
Gran Energetista, Profesor de Tecnicas Vitales para el equilibrio psicosomatico de personas, del entorno asi como su proyeccion.
Estudioso y difusor de las diferentes corrientes chamanicas afro-indo-americanas.

Desarrolla una labor de mas de 50 años como conferenciante, articulista,profesor, psicologo y colaborador en diversos medios periodisticos y radiofonicos, en pro de la realidad de las ciencias ocultas y su divulgacion en America y España.
Experto y canalizador de las Terapias Energeticas como mecanismo equilibrante de deficiencias personales y limitaciones existenciales.

25/5/09

Magia Mental y Evolución Personal (IV)

4º CAPITULO: EL RENCOR

Al rencor lo defino como un tóxico que provoca un constante envenenamiento psíquico alimentado por el instinto, cobrando volumen como pensamiento obsesivo, condenando al sujeto a una prologada tortura.
El prisionero del rencor rara vez guarda memoria de los hechos y cosas que lo han beneficiado brindándole satisfacciones y alegrías, en cambio recuerda con ánimo sombrío todo aquello que le ha sido adverso, es un resentido capaz de pasar su vida alimentando ese sentimiento de encono que lo corroe.
No repara en que el mal que ansía para otros se vuelve contra él inevitablemente, ya que debe soportar la angustia de una situación que a veces sólo termina con la muerte.
El rencoroso no guarda gratitud para con nadie, es incapaz de oír las falsas razones que lo asienten y aconsejan, descarga sus sentimientos contra sus semejantes acechando en silencio y con disimulada actitud, espera la ocasión de devolver el mal que a su juicio se le hizo.
Cualquier desgracia o contratiempo que caiga sobre la persona que es blanco de su despecho, es equivalente a su propia venganza. Sentimiento que siempre denuncia una inferioridad moral dejándose arrastrar por esa influencia negativa y oscura.
La intención del rencoroso es perjudicar de algún modo a aquel que, con o sin motivo, provocó su resentimiento. Esto prueba la fijeza del pensamiento que define esta deficiencia. Siempre se está a tiempo de corregirla y, como ejemplo, oponer a la misma LA BONDAD, lo que es lo mismo dejar que se manifieste el sentimiento de plenitud frente a lo bello y grato a los ojos de la sensibilidad.
El buen sentimiento hará desaparecer los efectos del rencor con sólo pensar que es preferible ser acreedor y no deudor, es decir, nos hará experimentar la sensación de paz y liberación, de sabernos seguros y de no cometer aquellas faltas que antes censurábamos en nuestros semejantes.
Quien se entregue a la tarea de dominar esta deficiencia, transformará en oasis de paz su infierno interior.
Con respeto, como siempre

21/5/09

Magia Mental y Evolución Personal (III)

3º CAPITULO: LA HIPOCRESIA


Ésta, define al sujeto cuya conducta se apoya en el torcido propósito de disimular su modo de ser, revistiéndose de apariencias respecto a la calidad de sus actitudes, sentimientos, intenciones. El hipócrita nunca dice lo que piensa o siente, siempre esconde algo.
No es veraz ni sincero, maneja la mentira con habilidad mientras oculta el pensamiento que lo anima. Engaña a los demás en su buena fe, procurando sorprenderlos, ignorando el potencial de personas que lo rodean que de alguna forma pueden alertarse ante esa actitud de conducta simuladora.
A veces logra mucho beneficio propio, nunca edificará nada permanente, tanto en amistades como en hechos importantes de la vida, hay seres tan atrapados en esta deficiencia que no conciben que se pueda ser o actuar de otra manera. Lejos se hayan de poder enmendar su conducta utilizando su deficiencia a fin de evitar ser engañados.
Esta deficiencia desde temprana edad y por propia inclinación, se ve como rasgo negativo de la conformación psicológica del ser y se desarrolla en los ambientes poco depurados, donde falta siempre el buen ejemplo.
La carencia de conceptos claros sobre la conducta y corrección que impone la convivencia, es una puerta abierta a la adopción de recursos como éste, los cuales son utilizados sin escrúpulos y en desmedro del recto proceder, ahí se encuentra la presencia de este fallo, el cual se adueña del sujeto hasta dominarlo totalmente, seducido por los resultados que obtiene. Siempre hay algún desprevenido que cede frente a la sugestión de su palabra, ejercita el fingimiento de todo aquello que lo hace aparecer digno de estima frente a los demás.
Desafortunadamente no todos los que tienen esta deficiencia la evidencian, de hecho para cambiar este patrón de conducta deberíamos autoinducirnos a la antideficiencia, que en este caso sería La Veracidad.
Esta deberá ser empleada con la comprensión cabal de su utilidad y el objetivo será el bien de los demás, quien la ponga en práctica se convencerá que la hipocresía debe ser definitivamente abandonada. Por cuanto desmerece en grado sumo al que la pone en evidencia, siendo impropia de toda persona que anhela ser mejor y constituirse en un factor de bien para sus semejantes.
La Veracidad impone tanto respeto por la palabra que emite que nunca podrá traicionar el pensar o sentir de quien la pronuncia.
Recuérdese, una deficiencia se debilita cuando menos oportunidad le damos de que se manifieste.
Con respeto, como siempre