"Palabras y más palabras"

“Antes de hablar, piensa y medita hasta sentirte en condiciones de hablar, pues todas las horas no son propicia para soltar la palabra”.
El hondo pensar engendra palabras legítimas.
El silencio crea la amistad, ordena el sabio y oculta los defectos del lego. La mitad del hombre es su lengua y su corazón la otra mitad. La lengua del justo está detrás del corazón, más la del necio va siempre delante, suelta y dicharachera.
Reflexiona antes de hablar, pues no podrás conseguir que tu palabra vuelva, una vez que ha rodado por la pendiente del error.
La adulación es peor que un cuervo, porque éste sólo consume lo muerto, mientras que aquella consume a los vivos.”
El lenguaje supone probablemente el mayor logro de la especie humana y es la capacidad de transmitir pensamientos, ideas y opiniones, mediante la ordenación de sonidos, permitiendo el avance intelectual del hombre y ubicarlo en el privilegiado puesto que ocupa hoy en la escala evolutiva.
A través de la palabra, las personas arrastran fallos, el egoísmo, la ambición, el sexismo, la egolatría y muchos perjuicios más, y eso los convierte en seres inalterables frente a cualquier esperanza de mejorar la sociedad. En esas mentes sólo cabe la limitación, y la pobreza de espíritu, no sé si es por su carencia de responsabilidad o simplemente son así por su ineptitud. ¿Por qué no intentar hacer un mundo mejor, un lugar mejor, si la gente está podrida hasta los huesos y siempre hará trampas? No será esa su manera de sentir, negándose así mismos la autocrítica, que es tan importante como siempre digo para evolucionar conscientemente.
Apuntando siempre hacia la objetividad y frenando la creatividad inteligente que viene de nuestro interior. Que gran limitación humana, años de estudios, de creencias, pensamientos filosóficos, códigos deontológicos y en el fondo nada de nada, y seguimos hablando y hablando. ¿Porqué? y ¿Para qué?

Que facilidad para enaltecer en un momento dado una persona, y denigrarla al momento siguiente. ¿Porque somos así? ¿Hacia dónde vamos?
No nos escondamos en el estrés, en los cambios de humor que son tan fluctuantes a lo largo del día, es esta la forma de conseguir una sólida personalidad, de que sirve leer, oír, si no sabemos escuchar ni valorar un contenido literario, que pérdida de tiempo, y cuanta limitación.
La intolerancia y la susceptibilidad enfermiza son los patrones que rigen al necio que no sabe, y se niega a aprender.
Que hay de la ética, de la moral, ¿No existe?, ¿Por qué está tan oculta?
¿Que valores perseguimos?, ¿ Que queremos transmitir a los que nos siguen?, han pensado realmente que en 20 años serán ellos los que estén al frente del país, ¿Que será de nosotros sin un cambio radical de actitudes y valores?
Hagamos un llamado a la responsabilidad individual y social, a la concienciación personal y colectiva, seamos valientes, auténticos, se necesita un cambio de valores radical, dejar de lado los mensajes superfluos e intrascendentes, hagámoslos prácticos y constructivos, en aras del bien común y del progreso de nuestra sociedad.
A eso yo le llamo VALENTIA, o sea el cambio hacia una actitud inteligente y sería más altruista, porque si no créanme a la larga perderíamos todos, sin dejar de reconocer que hay muy buenos periodistas, lo que me apena es que sean tan pocos.
Cuanta vulgaridad en nuestra prensa, el resto involucran al pueblo en la mediocridad sin dejarlos pensar por sí mismo, cuanta limitación y cuantos desaciertos. ¿Tienen sentido de la responsabilidad estos mediocres? Pienso que no, lo único que importa es la egolatría, las falsas apariencias, la rentabilidad que les proporciona sus acciones y les acrecienta sus bolsillos, sin causarles el más mínimo rubor.
Yo les daría un toque de atención a estos señores para que tengan más higiene mental, moral, ética si es que la conocen. Y de esta forma añadir al medio, más calidad y veracidad informativa, no el caos por el caos, si no del caos hacia el análisis, estudio, y rectificación de nuestras acciones.
Desde mi página espero llegue a oídos de aquellos que pueden hacer que las cosas cambien.
Para todos mis amigos con profundo respeto.
Miguel Ángel Godoy