La verdadera amistad es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido.
Apreciado lector y navegante de internet,
Estas líneas son como el espontáneo que salta a las arenas del ruedo en la tarde del festejo. Pero mi prudencia no es suficiente resistencia para dedicar unas líneas de agradecimiento a nuestro amigo Miguel Godoy.
En este blog ustedes encontrarán lo que yo llamo el eco de la experiencia. Debo de confesarles que Miguel Ángel Godoy es uno de esos hombres que la medida que vas conociendo, más difícil que resulta “catalogar”.
De una cosa no cabe la menor duda la dilatada sombra de la experiencia lo ha hecho un hombre excepcional. Un auténtico nómada intelectual errante entre continentes, el cual en su reloj de tiempo ha conocido a personas y lugares y vivido experiencias de las cuales muchos de nosotros no podemos siquiera imaginar.
En estos tiempos que corren donde parece que nada cuenta y nada tiene valor, encontramos en este blog un maravilloso regalo. Miguel Ángel ha querido en tono abierto y coloquial escribir su particular cuaderno de bitácora, para invitarnos a la reflexión en muchos planos de nuestra vida.
Sería el momento de recordar aquello de:” el que tenga oídos…”. Porque claro está que las personas que no tienen ninguna sed cultural e intelectual, será imposible que aprecien la riqueza de las letras que aquí encontraran.
Pasen, vean y juzguen ustedes mismos. Pues como diría el propio Miguel no acepten las cosas sin antes haberlas cuestionado en su fuero interno y dedicarlas.
Término recordándoles que todo en esta vida se puede comprar menos las cosas más útiles e importantes entre las que está la experiencia.
Gracias Miguel por este gran regalo que nos ofreces.
Alejandro Sánchez.
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